La naturaleza reparte sus dones de manera caprichosa a veces. A mi mujer le ha concedido esta maravillosa voz y la facultad de erizarte el vello cada vez que canta. Y al tiempo la creó tímida y sin creerse merecedora de alabanza alguna. Los que la conocemos la queremos así.
Y a mi querido amigo Ramón la naturaleza, aparte de prestarle el viento y las olas para jugar, le dio (entre otros) el don de la música, en toda su extensión.
Un momento inolvidable cuando se juntaron para inaugurar mi exposición Ergo Materia de 2016. Fue un encuentro no programado, estábamos tan nerviosas... Todo esto empezó un día en el Chusco con una apuesta.....si, si, una apuesta. Yo hacía tiempo que quería exponer y Mamé me dijo que lo hiciera allí. Y para seguir dando largas al asunto...le dije a mi mujer: "Yo expongo si tu cantas". Y ella me respondió: "Yo canto si tú expones". Y acabamos haciéndolo.
Pero yo sabía que a ella la presión de los nervios, de exponerse, iba a desgastarla...y poco antes de la fecha no teníamos guitarra ni ganitas de cantar...hasta que apareció Ramón y en dos días montó el tema y la convenció para intentarlo... A las pruebas me remito...lloró hasta el apuntaó... y es que estos dos juntos son un choque de trenes...
Ahí os lo dejo. Disfrutad.